¿Qué son las Bodas del Cordero?
Las Bodas del Cordero es una fiesta. Es el reencuentro de Jesucristo con su pueblo. Esta celebración tendrá lugar en el cielo mientras que en la tierra estará aconteciendo lo que se conoce como la gran tribulación. La Iglesia de Dios, su pueblo, los que hayan creído en Jesús serán los invitados es decir, los que hayan sido arrebatados y resucitados. Jesús vendrá dos veces. Las Bodas del Cordero será el festejo preparado para los que hayan obedecido y permanecerán allí durante el tiempo entre una venida de Cristo y la otra. Luego vendremos a reinar con El en su segunda venida. En la primera vendrá como ladrón en la noche, sólo para arrebatar a su pueblo y no sufra el castigo preparado para los impíos y en la segunda, todo ojo le vera como el Rey Celestial. La descripción que hace la Biblia de las Bodas del Cordero es una de las razones más convincentes de que la Iglesia de Dios no verá la gran tribulación.
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fue dado que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos. Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena del Cordero. Y me dijo: Estas palabras de Dios son verdaderas.” Apocalipsis 19: 7-9.
La Iglesia de Dios es llamada “La Novia”· y la reunión entre Jesús y quienes recibieron su salvación es llamada “Boda” ¿Por qué? Esto obedece a una metáfora. Jesús comparó la situación de su pueblo con una boda para que el pueblo la entendiese mejor. Desde luego no como las bodas que se realizan actualmente, sino con las que se hacían en su época.
En los tiempos de Jesús la tradición de una boda judía constaba de dos partes:
1) Elegida la novia se establecía el precio que el novio debía pagar por ella y se hacía un compromiso matrimonial, pero aún no podían vivir juntos. En el contrato matrimonial constaba el precio de la novia, las promesas del novio y los derechos de la novia, debiendo ser firmado y formalizado. Se le presentaban obsequios a la novia y los novios compartían la copa del pacto bebiendo vino. La pareja tomaba de la misma copa; primero el novio tomaba de la copa, luego le daba a la novia. Se consideraba responsabilidad del hombre ir con su padre, construir una casa y hacer los preparativos de la boda. Sin embargo antes de partir, el novio hacia una declaración a la novia: "Voy a preparar un lugar para ti; si yo parto ahora, regresaré por ti". Antes de que el novio pueda regresar por la novia, el padre del novio debía aprobar las preparaciones hechas por su hijo. Sólo entonces le da permiso para ir por la novia. El novio no sabe cuándo su padre dará la aprobación final que le autorizará a volver por su prometida.
Todo esto es exactamente lo que sucedió con Jesús. El nos escogió desde la fundación del mundo, pagó el precio de su sangre por su iglesia y además tomó la copa del pacto en la última cena. Ese es el verdadero significado de la última cena. El estaba pactando con nosotros tal y como el novio en una boda; por eso dijo “bebed y comed esto en memoria de mí”. ¿En memoria de qué, de su persona? No. En memoria del pacto que ese día hizo de irse para volver por nosotros. Si tomamos la santa cena en la iglesia, realmente es para recordar que somos suyos y que vendrá a buscarnos. Igualmente nos dejó sus promesas y dejó también dones. También dijo que iría a la casa de su Padre a preparar lugar para nosotros (Juan 14:2). Tampoco Jesús, como un novio conoce cuando vendrá: “Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. (Mateo 24:36 y Marcos 13:32).
2) Mientras tanto, la novia debía esperar el retorno del novio, quien podía aparecer en cualquier momento, aún a medianoche. Por lo tanto, ella debía estar preparada en todo momento. Jesús hizo referencia a esto en Marcos 13:32-37 y en Mateo 25:1-13. El novio dejaba con ella un ayudante para colaborarle en todo hasta el día de su llegada. Jesús nos dejó al Espíritu Santo. El novio regresaba precedido de una voz que dice: "He aquí viene el novio", (lo que explica Jesús en la parábola de las 10 Vírgenes en Mateo 25:1-13); y se oía el sonido del cuerno de carnero o trompeta. La boda de los novios se llevaba a cabo debajo de la chupah o toldo matrimonial. El cielo es un tipo de chupah. Cuando se llame a la iglesia (la novia) y suene de la trompeta (el shofar usado antiguamente) se estará anunciando las bodas entre Cordero y Su novia en el cielo.
¿Qué Pasará en la Tierra con los que se Queden?
Cuando el pueblo de Dios sea arrebatado se implantará formalmente el reino del anticristo, quien es un enviado de Satanás para establecer la maldad más oscura como nunca antes se haya visto. El anticristo sí existe y no sólo eso, hay gente muy seria que piensa que ya está aquí en la Tierra. Satanás siempre ha querido ser un dios; pero no lo es. El maligno es una creación divina más, que en un tiempo se reveló contra Dios porque su corazón se llenó de orgullo. El enemigo era hermoso, sabio y la palabra de Dios en Isaías narra que le cantaba al Señor en distintas y bellas voces. Era además su oficial de confianza.
Esto ha quedado muy atrás. Desde su caída, el enemigo sólo ha saboteado los planes de Dios. Así como Dios envió a su Hijo, así él enviará a un hombre entendido en enigmas, que no hará caso del amor de las mujeres y entrenado para defender los intereses del infierno. Dios pudiera destruirlo ya y terminar con todo de una vez; pero El permitirá que todo esto pase para que se cumpla su palabra y seleccionar a quienes sean dignos de subir al Monte Santo.
Ese gobierno maligno les impondrá a todos los habitantes del mundo que adoren a Satanás. Durante un tiempo breve (tres años y medio según la profecía de las setenta semanas de Daniel) nadie podrá realizar transacciones económicas de ninguna índole si no apoya al proceso totalitario político-religioso liderado por este hombre. Quien que no se sujete será exterminado.
“Y le fue dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias: y le fue dada potencia de obrar cuarenta y dos meses”. Apocalipsis 13:5.
“Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que moran en el cielo”. Apocalipsis 13:6.
“Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fu inmolado desde el principio del mundo”. Apocalipsis 13:6.
Paralelamente, se levantará también el falso profeta, el cual apoyará al gobierno del anticristo para revestirlo de legitimidad “divina”. Será toda una mezcolanza de política y religión orientada a dominar a todos los hombres. Como Dios es un Dios trino (Padre, Hijo y Espíritu Santo) el enemigo envía a este falso profeta para continuar con su estilo imitativo: Satanás, Anticristo y Falso Profeta.
“Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia de ella; y hace a la tierra y a los moradores de ella adorar la primera bestia, cuya llaga de muerte fue curada. Y hace grandes señales, de tal manera que aún hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra por las señales que le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene la herida de cuchillo, y vivió. Y le fue dado que diese espíritu a la imagen de la bestia, para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adorare la imagen de la bestia sean muertos. Y hacía que a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, o en sus frentes; y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la señal, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre”. Apocalipsis 13:12-17.
Sin embargo, todavía habrá esperanza. El Señor nos revela que quienes se nieguen a adorar a Satanás podrán ser salvos, no de la gran tribulación, pero sí de quedar fuera del Reino que se establecerá en la Tierra luego de que pasen todas estas cosas. Podrán arrepentirse, pagando la salvación de sus almas con sus vidas.
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, y que no habían adorado la bestia, ni á su imagen, y que no recibieron la señal en sus frentes, ni en sus manos, y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Apocalipsis 20:4.
Este caos se presentará en la Tierra mientras los hijos de Dios estarán en algún lugar de los cielos gozándose y compartiendo unidos; tanto los que se fueron en vida (los arrebatados) como los que fueron resucitados. La resurrección de los fieles a Cristo es llamada La Primera Resurrección (Apocalipsis 20:5) y será para alegría y vida eterna. Existe una Segunda Resurrección, la de los que murieron entando en pecado; que será para juicio ya que no se arrepintieron de sus iniquidades ni enderezaron sus caminos. Esta será su segunda muerte. La primera muerte fue cuando tuvo fin su vida aquí en el mundo y la segunda, cuando queden fuera del Reino de Dios. Allí será el llanto y el crujir de dientes.
“Mas los otros muertos no tornaron a vivir hasta que sean cumplidos mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El mil años”. Apocalipsis 20:5-6.
Estemos atentos a esto porque la palabra dice que sin santidad nadie verá a Dios. No sólo es necesario reconocer que Jesús es nuestro salvador y ser santos como Santo es nuestro Padre. No se alarme. La santidad no consiste en poderes sobrenaturales, ni en estar sonriente todo el tiempo, ni en jamás molestarse, ni en ayudar más a los necesitados que la difunta madre Teresa de Calcuta. Ser santo es cumplir con los únicos dos mandamientos que dejó Jesús en la Tierra: Amar a Dios con toda tu alma, con toda tu mente y con todo tu corazón, y a tu prójimo como a ti mismo. Parece simple, pero no lo es. Implica esfuerzo, disciplina y constancia. Sin embargo se puede lograr y reporta beneficios eternos.
La Venida de Cristo Para Juzgar: El Milenio y el Armagedón
Seguidamente la Biblia nos describe un período de paz, durante el cual Jesús reinará juntamente con nosotros. Este tiempo es llamado El Milenio ya que durante mil años estaremos con Cristo en persona reinando en la Tierra. No sabemos a ciencia cierta la razón por la cual Jesús reinará junto a nosotros mil años antes de que se establezca el Reino de Dios de forma definitiva, pero seguramente este misterio poco a poco se nos irá revelando. Para el momento del Milenio ya habrá pasado la gran tribulación, el anticristo ya habrá sido vencido por Jesús (pues su tiempo de reinar eran sólo 42 meses) los fallecidos sin Cristo aún dormirán y Satanás estará atado, o lo que es lo mismo, inactivo; sin poder para dañar, mentir ni tentar. Luego de estos mil años será la lucha final: El Armagedón. La batalla donde Jesucristo, sus ángeles y sus escogidos lucharán contra los ejércitos del mismo Satanás. Ese será el día del verdadero Juicio Final.
Al finalizar del milenio el diablo será liberado y podrá a engañar a las naciones de la tierra para incitarlas a la guerra, en un último intento por conseguir el dominio de este mundo. Logrará embaucar a muchos, a reyes y a grandes hombres de guerra; y reunirá sus tropas para enfrentarse nada más y nada menos que al Hijo de Dios. La palabra Armagedón se deriva del Monte Megido (Har Megiddo en hebreo), el sitio donde ocurrió la célebre batalla de Megido, del siglo XV A.C., y otras muchas batallas del pueblo judío. Fue allí donde los ejércitos de Israel, dirigidos por Débora y Barac, vencieron a los cananeos (Jueces 4 y 5). También Gedeón combatió en ese lugar y triunfó sobre los madianitas (Jueces 7). En ese lugar fue muerto Saúl en la batalla contra los Filisteos (1 Samuel 31:8). Allí le dio muerte el rey Jehú a Ocozías (2 Reyes 9:27) y fue el lugar donde la invasión egipcia le dio muerte al Rey Josías (2 Reyes 23:29-30; 2 Crónicas 35:22). Como es notorio, dista mucho de ser casual que la batalla del Armagedón se lleve a cabo en esta planicie. Esto nos confirma una vez más que aunque vivamos tiempos difíciles, todo estará siempre en las manos de Dios y Su voluntad priva siempre por encima de la maldad del hombre y de la perversidad de Satanás.
Contrariamente al carácter fatalista y temible que se le ha dado a la palabra Armagedón, la realidad es que la batalla de Armagedón será el final definitivo de Satanás y marcará una nueva era en nuestro planeta. Este será un día de victoria recordado eternamente como el día en que el Señor Jesucristo, sobre su cabalgadura y espada en mano, conquistó para nosotros un cielo nuevo y una tierra nueva.
En ese día El Diablo será derrotado y lanzado al lago de fuego junto con todos sus colaboradores. Ya no seremos más engañados, asustados, oprimidos, heridos, tentados, esclavizados, ni hurtados. Al padre de mentiras se le ejecutará su sentencia. También serán despertados para juicio aquellos quienes no quisieron recibir Jesús y los que obraron maldades durante sus vidas.
“Y vi un ángel que estaba en el sol, y clamó con gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios, para que comáis carnes de reyes, y de capitanes, y carnes de fuertes, y carnes de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carnes de todos, libres y siervos, de pequeños y de grandes. Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales delante de ella, con las cuales había engañado a los que tomaron la señal de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego ardiendo en azufre. Y los otros fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo, y todas las aves fueron hartas de las carnes de ellos”. Apocalipsis 19: 17-21.
Cielo Nuevo y Tierra Nueva
Después de todo lo que ha de ocurrir (el gobierno del anticristo, el rapto de la iglesia, las Bodas del Cordero, la gran tribulación, la venida visible de Cristo, el Milenio, la Batalla del Armagedón y el juicio a la serpiente antigua) el relato bíblico de Apocalipsis cambia de intención. Ya no habla más sobre guerras, ni señales. Se transforma en la fuente de promesas más maravillosas. Describe cómo será el Reino de Dios. En esta Tierra nueva, en éste nuevo planeta, limpio y purificado; es que será establecido el Reino de Dios y su capital será Jerusalén, pero no la actual, sino una nueva Jerusalén. Esta nueva Jerusalén será traída desde los cielos y no se sorprenda, pues Dios es Dios de portentos. Dios renovará a la Tierra y a su creación y las cosas se repondrán al estado previo a la caída del hombre, es decir, todo será como desde un principio debió ser. Con una diferencia: Esto no será para todos los hombres, como Dios lo había querido, sino para aquellos que reciban a Jesucristo en su corazón y se arrepientan de sus pecados, omisiones, ofensas y faltas.
Para Nosotros Hoy en Día
Amigo lector. Estas cosas han de ocurrir en breve. Dios en su infinito amor y misericordia ha decidido revelarlas a sus hijos para que estén preparados. Es momento de reflexionar, de poner la casa en orden y de pensar qué podemos hacer para que todos los que conocemos y los que no, se salven de éstas calamidades. Nos urge investigar, informarnos e informar a otros. No se guíe sólo por éste escrito. Pregunte, indague, válgase de Internet, de la Biblia, de libros sobre el tema. Dios siempre estará donde Ud. lo busque.
Mucho se habla de “El Fin del Mundo”. Esto no es nuevo. Hay libros, películas, pinturas, poemas, obras para teatro, caricaturas y video juegos que cuentan su propia versión de los hechos. Incluso, han habido suicidios por miedo a no tener escapatoria. El día del Juicio de Dios ha sido erróneamente enfocado. No es correcto hablar de “El Fin del Mundo”. No, para nada. Dios no es Dios de destrucción. Dios es Dios de creación, de vida, de colores, de fragancias, de ciencia, de creatividad y en este caso, también es Dios de transformación. Dios renovará al mundo, lo limpiará del pecado y nos lo volverá a entregar. Eso es lo que hace un Padre. Un padre no destruye el hogar de los hijos, lo arregla. Pero todo tiene su proceso y ese proceso de mejora empieza con las señales que nos dejó Jesús. Lo que sí llegará a su fin en todo caso, será la inmensa maldad que impera en la Tierra.
Jesucristo nos dejó señales de su venida cuando arrebatará a su pueblo. Fue tan cuidadoso que nos dejó dos tipos de señales, unas de cuando el fin se aproxime y otras de cuando ya sea inminente. Muchas de las primeras ya se están cumpliendo.
1) Lo Que debe de ocurrir (Pero todavía no es el fin)
Principio de dolores:
- Falsos Cristos. Mateo24:5.
- Guerras y rumores de guerra (nación contra nación) Mateo 24:6-7.
- Pestes (Epidemias) Mateo 24: 7.
- Hambres. Mateo 24: 7.
- Terremotos en diferentes lugares. Mateo 24: 7.
Tribulación: La persecución de los creyentes comenzó el día de la resurrección de Cristo y continuará hasta el fin.
- Creyentes perseguidos. Mateo 24:9.
- Creyentes muertos por la palabra. Mateo 24:9.
- Creyentes aborrecidos. Mateo 24:9.
- Creyentes caerán bajo persecución. Mateo 24:10.
- Creyentes perderán la fé y entregarán a otros creyentes. Mateo 24:10.
Engaños:
- Falsos profetas. Mateo 24:11.
- Falsos maestros. Mateo 24:11.
- Engañados. Mateo 24:11.
- Se multiplicará la maldad. Mateo 24:12.
- Enfriamiento espiritual. Mateo 24:12.
2) Señales del Fin
En una de las parábolas de Jesús, la parábola de la higuera (Mateo 24:32-35) nuestro Señor Jesucristo nos habló acerca de mirar los tiempos y los acontecimientos que nos rodean. Estos serán señal a para saber cuándo estará cerca su venida.
- Será predicado el evangelio a todo el mundo. Mateo 24:14.
- Indiferencia al evangelio y dureza de corazón. Mateo 24:36-39.
- Gran Tribulación. Mateo 24:21.
- Falsos Cristos. Mateo 24:24.
- Más falsos profetas. Mateo 24:24.
- Tratarán de engañar aún a los escogidos. Mateo 24:24.
- El sol se oscurecerá. Mateo 24:29.
- La luna no dará su resplandor. Mateo 24:29.
- Las estrellas caerán del cielo. Mateo 24:29.
- Las potencias (el sol y la luna) serán conmovidas - Mateo 24:29.
¿Qué Podemos Hacer?
Sólo tiene Ud que repetir esta simple declaración: Señor Jesús, te acepto en mi corazón como mi único y verdadero salvador. Creo que viniste a morir por mi Entra en mi vida, límpiame y haz mi corazón conforme al tuyo. ¿Sencillo verdad? Amigo lector, el tiempo de la segunda venida de Cristo está muy cerca. Muchas de las señales dadas por El ya se han cumplido otras se están cumpliendo. Primero vendrá a raptar a quienes le esperan para que no sean atormentados, luego vendrá la gran tribulación, donde quienes se arrepientan de sus pecados tendrán que pagar con sus vidas la salvación de sus almas ¿A cuál grupo quiere pertenecer? Cristo no es una religión, ni un retrato en la pared, ni una misa los domingos. Jesucristo es un refugio, es el lugar de donde viene el socorro; es vida y vida en abundancia. Desde hoy el Espíritu Santo le guíe por sendas de justicia y le enseñe a caminar con el Señor. Amen.
Permanezcamos alertas y que nadie nos engañe. Muchos dirán: Allí está Jesús, este es Jesús; pero será mentira. Jesús vendrá primero a arrebatar a los suyos y luego vendrá públicamente. Todo ojo le verá descender de los cielos, cubierto de su gloria y sin que de ello, quepa la menor duda.
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